Año 2001, “Aikido por la Paz” tuvo el conocimiento de la labor de la asociación humanitaria de «LLEVANT EN MARXA» en Perú y puestos en contacto con el doctor Antonio Mesquida, presidente de «LLEVANT EN MARXA», nos ofreció acompañarle en uno de sus viajes a Yurimaguas para conocer «in sutu» sus proyectos, gracias a ello hemos tenido la
oportunidad de colaborar con tan fantástica labor y nuestras ayudas se han extendido fuera de nuestras fronteras, “Aikido por la Paz” colabora con el Hogar de acogida de Jóvenes Minusválidos de “Maria de Nazareth”.
El hogar nació como respuesta a una necesidad sentida en la zona donde viven Soledad y Jesús personas responsables del Hogar Maria de Nazareth. Desde el año 1.983, están presentes en el río Paranapura, con la etnia Chayahuita, visitando a las familias, y después de muchos años, se encontraron a niños y niñas, escondidos en sus casas, porque según la creencia, estaban “dañados” (embrujados), y no debían ser vistos por las otras personas. Fue así que en 1992, acogieron al primer niño. Lo llevaron a Lima, al Hospital “San Juan de Dios”, y allí lograron que pudiera caminar, estuvo un año con ellos y después volvió con su familia. Al cabo de unos meses se dieron con la triste realidad: otra vez volvía a estar postrado. Fue a partir de este caso, y de dos posteriores, que pensaron en abrir un centro de acogida, donde niños y niñas pudieran hacer su rehabilitación y estudios, con la finalidad de forjarse un futuro digno.
El Hogar Maria de Nazareth esta gestionado y dirigido por Soledad y Jesús, corazones de bondad y generosidad del Hogar de acogida de Jóvenes Minusválidos María de Nazareth.
Desde el principio tratan y han conseguido que este recinto sea un Hogar, porque la mayoría de estos pequeños no han vivido en un hogar, sino en un mundo donde el minusválido es un ser «dañado», como «embrujado», al cual hay que ocultar, porque en cierta manera, para su cultura, es una vergüenza. La mayoría de ellos se encuentra en una situación de extrema pobreza y en en estado de desnutrición aguda, alguno de ellos abandonado por sus familiares.
Han sido tratados como «animalitos», tanto por sus familiares como por las personas de la comunidad. Por eso, una de sus grandes necesidades es el afecto, la cercanía, el cariño de familia, que les haga sentirse que son personas que valen, que tienen dones, que tienen dignidad. También atienden a niños y niñas con problemas de riesgo social (violaciones, padres en la cárcel, madres adolescentes), quienes son remitidos por la Fiscalía, con la finalidad de acogerlos y cubrir sus necesidades mientras dure su caso. Cabe recalcar que el Hogar atiende a ancianos en estado de abandono y riesgo social.
Jesús y Soledad no encuentro otro calificativo para describir vuestra labor que el de ADMIRABLE.
En la foto vemos a Chalaquito, sostenido por su padre, procede del distrito de Balsapuerto, él es de la etnia Chayahuita, tiene ocho años de edad… no camina, siempre estaba llorando. Se pasaba la mayor parte del tiempo postrado en el interior de la cabaña en los primeros días de estancia en el hogar Chalaquito mostraba un comportamiento muy arisco y huraño; ya ha pasado más de un mes, él hoy se muestra más expresivo y a todos nos recibe con una gran sonrisa en los labios…Chalaquito ha hecho un amigo que se llama
Cristian, el pequeñín del Hogar, nacido en San Lorenzo también de la etnia Chayahuita, tiene 5 años; sufre discapacidad física. Cuando llegó tenía miedo; ambos se han hecho amigos, los primeros amigos…Chalaquito tiene que ser examinado en Lima por un especialista; mientras tanto en el Hogar se le ejercita las piernas. Una vez al año llevan a Lima aquellos que necesitan una revisión médica.